Hoy en día oirás mucho el término “dignidad humana”. La dignidad humana está en el centro de los derechos humanos. ¿Qué es exactamente la dignidad humana? ¿Cuál es la historia de este concepto y por qué es importante? En este artículo analizaremos la historia del término, su significado y su lugar en el marco de los derechos humanos y en el marco religioso.
¿Qué es la dignidad humana?
En esencia, el concepto de dignidad humana es la creencia de que todas las personas tienen un valor especial ligado exclusivamente a su humanidad. No tiene nada que ver con su clase, raza, género, religión, capacidades o cualquier otro factor que no sea su condición de seres humanos.
El término “dignidad” ha evolucionado a lo largo de los años. Originalmente, las palabras latinas, inglesas y francesas para “dignidad” no tenían nada que ver con el valor inherente de una persona. Se alineaba mucho más con el “mérito” de alguien. Si alguien era “digno”, significaba que tenía un estatus elevado. Pertenecía a la realeza o a la iglesia o, como mínimo, tenía dinero. Por esta razón, la “dignidad humana” no aparece en la Declaración de Independencia de EE.UU. ni en la Constitución. La frase, tal y como la entendemos hoy, no fue reconocida hasta 1948. Las Naciones Unidas ratificaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La dignidad humana: el marco de los derechos humanos
El significado original de la palabra “dignidad” establecía que alguien merecía respeto por su condición. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ese concepto se invirtió. El artículo 1 dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. De repente, la dignidad no era algo que la gente se ganaba por su clase, raza u otra ventaja. Es algo con lo que todos los humanos nacen. Por el simple hecho de ser humanos, todas las personas merecen respeto. Los derechos humanos surgen naturalmente de esa dignidad.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptado en 1966, continuó este entendimiento. El preámbulo dice que “…estos derechos se derivan de la dignidad inherente a la persona humana”. Esta creencia va de la mano de la universalidad de los derechos humanos. En el pasado, sólo las personas dignas por su condición recibían respeto y derechos. Al redefinir la dignidad como algo inherente a todos, también se establecen derechos universales.
Dignidad humana: el marco religioso
El concepto de dignidad humana no se limita a los derechos humanos. De hecho, durante siglos, las religiones de todo el mundo han reconocido una forma de dignidad humana tal y como la entendemos ahora. La mayoría de las religiones (si no todas) enseñan que los seres humanos son esencialmente iguales por una u otra razón. En el cristianismo, el islam y el judaísmo, es porque los humanos fueron creados a imagen de Dios, convirtiéndose en hijos de Dios. La dignidad es algo que un ser divino otorga a las personas. En la enseñanza social católica, la frase “Dignidad humana” se utiliza específicamente para apoyar la creencia de la iglesia de que toda vida humana es sagrada. Esto define la dedicación de la denominación a cuestiones sociales como poner fin a la pena de muerte.
En el hinduismo y el budismo, respectivamente, la dignidad es inherente porque los seres humanos son manifestaciones de la Divinidad o están en un viaje universal hacia la felicidad. En el Shvetasvatara Upanishad, un antiguo texto sánscrito, se lee “Todos somos engendrados del inmortal”, o “Somos hijos de la inmortalidad”. El budismo parte de la comprensión de que los humanos son “raros” porque pueden tomar decisiones que conducen a la iluminación. Nuestra dignidad surge de esta responsabilidad y capacidad, uniendo a todos los humanos en su búsqueda.
Cuando todos son iguales, todos son igualmente merecedores del respeto y los derechos básicos, al menos en teoría. A lo largo de los años, las instituciones religiosas y otras personas que utilizan la religión como justificación han faltado a la dignidad de innumerables personas.
Por qué es tan importante reconocer la dignidad humana
¿Por qué es tan importante la dignidad humana cuando se trata de los derechos humanos? La dignidad humana justifica los derechos humanos. Cuando se divide a las personas y se les asigna un valor en función de características como la clase, el género, la religión, etc., se crean sociedades desiguales en las que la discriminación se extiende. Las personas a las que se les asigna un valor superior reciben un trato preferente. Cualquiera que no encaje en la categoría privilegiada es abandonado u oprimido. Hemos visto lo que ocurre en lugares donde la dignidad humana no se considera inherente y los derechos humanos no son universales. Mientras los pocos privilegiados de estas sociedades prosperan, la sociedad en su conjunto sufre considerablemente. Inevitablemente, estalla la violencia. Si un nuevo grupo toma el poder y tampoco reconoce la dignidad humana, el ciclo de destrucción continúa, sólo que con diferentes participantes.
Reconocer la dignidad humana y la universalidad de los derechos humanos no es sólo para proteger y respetar a los individuos. Es por el bien del mundo entero. Si se respetaran los derechos de todos y todos tuvieran las mismas oportunidades de prosperar, el mundo sería un lugar mucho más feliz y pacífico.
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